Inmigración

Deportada por una mala asesoría: La historia de una dreamer de DACA

Un error de asesoría llevó a Sandy a perder su estatus DACA y ser deportada a un país que no recordaba. Casos como el suyo señalan la necesidad de contar con asesoría legal confiable y especializada para proteger los derechos de los Dreamers en Estados Unidos.

Sandy era muy joven cuando llegó a Estados Unidos, emigrando con tan solo dos años de edad. Gracias al programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) se convirtió en Dreamer y pudo vivir legalmente, estudiar y trabajar. Pero una infracción de tránsito mal gestionada lo cambiaría todo.

De acuerdo con el Migration Policy Institute, desde la creación de DACA en 2012, cerca de 835 mil jóvenes inmigrantes han sido aprobados en el programa. Sin embargo, actualmente poco más de 500 mil se encuentran vigentes. Esto significa que cientos de miles de jóvenes ya no están amparados por esta protección y quedan expuestos a la deportación. Un riesgo que se intensifica con un solo error legal.

“Mi abogada de inmigración me dijo que no podía renovar mi DACA”

Una infracción de tránsito mal gestionada cambió el destino de Sandy cuando tenía 19 años. Tras recibir la infracción y resolver el incidente, acudió a su abogada en busca de orientación: “Después de lo que pasó fui con mi abogada de inmigración en ese momento. Le conté lo que pasó y me dijo que no podía renovar mi DACA, porque si lo hacía aparecería en el sistema que ‘cometí un crimen’, y que eso era la infracción”.

“Mi familia y yo llegamos en 1999. Cruzamos el río en una llanta. Yo era una bebé”.

Sin notarlo, Sandy se convirtió en inmigrante indocumentada. Un año después, un oficial de ICE se presentó para detenerla. “Cuando el oficial me dijo que inmigración iba a venir por mí no lo podía creer. No se sentía real. Llamé a mi hermana y le dije, ‘necesito que llames a mi trabajo y avises que no me presentaré’”.

Sandy era muy joven cuando esto ocurrió. Pero con el tiempo, logró informarse y ahora sabe que su deportación pudo haberse evitado: “Ahora sé que definitivamente podría haber expuesto mi caso y renovar mi DACA”.

El manejo legal: la importancia de la negociación penal

Lea Salama Dimitri, abogada de inmigración, destaca que una de las condiciones clave del programa DACA es demostrar que no se tiene antecedentes penales: “Una simple infracción de tránsito por lo general no es considerado un tipo de delito que podría causar que a una persona no le den el DACA”, explica.

Sin embargo, Salama también subraya que los antecedentes penales deben manejarse con seriedad, por ello es indispensable contar siempre con el apoyo de un abogado capaz de negociar acuerdos que no comprometan el estatus migratorio: “Siempre recomendamos que la persona contrate un abogado penalista que tenga conocimiento de las leyes de migración, para que puedan llegar a un tipo de acuerdo. Llegar a una condición legal, que no le acarree ninguna consecuencia con su estatus de DACA”.

Es indispensable contar con abogados especialistas en inmigración que ofrezcan la mejor asesoría de inmigración.

La abogada Salama Dimitri subraya que, más allá de la especialización, es vital verificar la credibilidad del asesor. Recomienda a los clientes consultar los sitios web estatales para buscar el nombre del abogado y revisar su historial de disciplina. Pertenecer a la Asociación de Abogados de Migración de Estados Unidos (AILA) es, además, un indicativo de mayor seriedad y acceso a recursos legales actualizados.

Comenzar desde cero: reconstruir la identidad

Actualmente, Sandy reside en Guanajuato, México. A pesar de que ha logrado reconciliarse con sus raíces, el camino no ha sido fácil: ha tenido que aprender a pertenecer dos veces. Una historia que refleja la realidad de muchos migrantes latinos.

En Estados Unidos, su historia de adaptación comenzó con dificultades: “desde cuarto grado hasta el séptimo sufrí bullying todos los días. Tenía a chicos molestando por ser mexicana. Honestamente lo odiaba”. Pero, con el tiempo las burlas pararon y Sandy encontró su lugar, construyó una red de apoyo y creó una vida: “Nunca me pensé como una inmigrante, como ilegal. Todos mis amigos eran americanos, blancos, entonces pensaba que era uno de ellos. Siempre pensé que era como todos los demás”.

Al ser deportada a su país de origen, esa identidad construida se rompió y la desconexión se revivió. Aunque el español fue su primer idioma, el inglés se había convertido en el principal: “Pensaba que hablaba muy bien español, sin embargo cuando llegué (a México) nadie entendía lo que decía y pensé: ‘no hablo tan bien español como creía’. Hay muchas palabras que no pronuncio correctamente y hay personas que se ríen de mí. Me hacen sentir triste”. 

“Hasta el día de hoy no domino muy bien el español”.

Sandy tuvo que comenzar desde cero, pero logró encontrar su estabilidad: “Ha sido muy difícil reconstruir mi vida, mis cosas materiales”, “pero ahora, cuando abro mi armario, y veo todas mis cosas, doy gracias a Dios, porque recuerdo cuando solo tenía lo que traía puesto. Es una bendición”.

De acuerdo a los datos del MPI, alrededor de 319 mil repatriados fueron reintegrados a México, El Salvador, Guatemala y Honduras en el 2024. Por eso, hoy más que nunca, el acompañamiento legal confiable en procesos migratorios es vital para garantizar que casos como el de Sandy se gestionen de manera adecuada, protegiendo los derechos de los inmigrantes en Estados Unidos. Por esta razón, en situaciones de familiares deportados, lo mejor es saber qué hacer y cómo encontrarlos.

Fuente: LJU

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